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¡Aprender con Todo!

Entre el 10 y el 12 de junio, un grupo de representantes de la LBV viajó a la provincia de Chaco para concretar la entrega de kits con útiles escolares a 392 niños y niñas de 6 escuelas.

Carlos Cesar Da Silva

Niños y niñas de la escuela Nº 490 de Napenay, Chaco, con sus kits con útiles.

Internarse en los infinitos caminos de tierra del Chaco es, desde la vivencia porteña, introducirse en un mundo nuevo, carente de edificios y rico en una abundante vegetación. Un mundo de canto de pájaros, de arrullo de viento, y de un intrépido sol, en un invierno que no asoma.

Carlos Cesar Da Silva

Entrega de kits con útiles escolares en la Escuela Nº 200, Quitilipi, Chaco.

Recorrer los parajes de la región algodonera permite adentrarse en la cultura Qom (Toba), y en la del inmigrante europeo que hizo de esa tierra su lugar en el mundo. Una provincia que promete, pero que aún ocupa el segundo y triste puesto de pobreza nacional.

Allí donde sobran ganas, pero falta mucho, la educación es un desafío al que le ponen el cuerpo los docentes, las familias y los propios alumnos. Sin lo básico, y con abundantes estrategias, como la de coser hojas blancas para hacer cuadernos, apuestan al aprendizaje, evitan sentirse víctimas de las circunstancias, y enseñan a forjar un futuro mejor.

Carlos Cesar Da Silva

Entrega de kits con útiles escolares en la Escuela Nº 933, Quitilipi, Chaco.

En ese contexto, la LBV, gracias a la valiosa orientación de APAER, logró concretar la entrega de kits con útiles escolares en seis escuelas primarias y jardines de infantes de las localidades de Quitilipi, Machagai y Napenay.

Durante tres días, un pequeño grupo de representantes de la Institución se acercó a los establecimientos educativos para entregar los útiles, y compartir momentos de plena alegría junto a los niños y niñas.

Para los alumnos de primaria, cada kit -compuesto por cuaderno, lápiz negro, bolígrafos, lápices de colores, marcadores, regla, goma, sacapunta, adhesivo, escuadra y transportador- fue una sorpresa y una fiesta. Y para los pequeños de jardín de infantes, las témperas, acuarelas, pinceles y papeles de colores, trajeron un mundo de creatividad para explorar.

Carlos Cesar Da Silva

Niños y niñas de jardin de infantes, de la escuela Nº 933, Quitilipi, Chaco.

Esta iniciativa, que fue posible gracias al apoyo de muchísimos colaboradores, tuvo como fin contribuir con algunos de los materiales necesarios para las tareas escolares, pero también llevar un mensaje de solidaridad a quienes tanto lo necesitan. Y ese mensaje fue recibido y valorado enormemente por los directores de cada una de las escuelas beneficiarias - Nº 200 y Nº 933 de Quitilipi; Nº 862 y Nº 386 de Machagai; Nº 490 y Nº 356 de Napenay- que expresaron todo su agradecimiento. Entre ellos, Silvia Conci, directora de la escuela 933, comentó: "Les agradezco de corazón todo lo que hicieron por nuestros niños, el sacrificio que hicieron para viajar, para venir, para entregarle algo a nuestros niños, de tan lejos, sin conocernos. Eso yo valoro muchísimo (...)"

 

Al finalizar el viaje, tras haber concretado una campaña que llevó dos meses de preparación, aún resonaba en el corazón de cada uno de los integrantes de la LBV, la canción con la que los pequeños Qom de Quitilipi, recibieron a los visitantes"Traigo feliz el alma, porque oí a un niño cantar. Ayer tarde a la costa del río un tobita entonó una canción. Y al mirarme sus ojitos reían, porque ellos traviesos son. Y así cantaba el niño toba en su lengua de amo y señor (...)"